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Según publica el portal TMZ, el ídolo juvenil decidió parar en medio del trayecto que le llevaba al complejo turístico para bajar del coche con sus guardaespaldas y aliviar la presión de su vejiga, un momento que fue captado por numerosos testigos a pesar de las medidas de seguridad y que, además, permaneció en la retina de muchos de ellos al percatarse de que la impronta de Justin Bieber todavía seguía en la nieve minutos después de que se marchara.
Aunque este último episodio se queda en mera anécdota cuando es comparado con los múltiples escándalos protagonizados en el último año, el cantante canadiense ha demostrado ya en varias ocasiones que la discreción no es precisamente su fuerte y, por ello, todavía colean en los medios viajes tan controvertidos como los que hizo a Brasil y a Argentina: mientras que en el primero fue acusado de pasar la noche en un burdel y de cometer un delito de vandalismo urbano al pintar un graffiti, en el segundo logró irritar a muchos de sus fans al arrojar con desprecio dos banderas del país durante su actuación en el escenario.
Este tipo de acciones han llevado a sus allegados a sugerirle la opción de ingresar en una clínica de rehabilitación para aprender a controlar sus hipotéticos ataques de ira y, sobre todo, solucionar de una vez por todas una peligrosa adicción a las drogas que, según su círculo cercano, ha transformado por completo la personalidad de Justin Bieber.
"La gente que de verdad le quiere no para de decirle que tiene que buscar ayuda profesional para solucionar sus problemas, pero por el momento él está convencido de que se encuentra perfectamente y no está dispuesto a ceder", revelaba una fuente al portal Radar Online.
Por: Bang Shwobiz
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