Uno de los miembros del equipo de seguridad de Justin Bieber se ha declarado no culpable de dos cargos de alteración del orden público tras llegar a un acuerdo sobre los hechos acontecidos en marzo de 2014, por los que se le acusaba de un delito grave de asalto y de irrumpir por la fuerza en un vehículo ajeno.
El juez lo condenó a 45 días de cárcel y a 22 meses y 15 días de libertad condicional, además de a realizar 200 horas de servicio comunitario por arrebatarle la cámara a un paparazzi que intentó fotografiar a Justin a la salida de unos recreativos en Sandy Springs, Georgia.
El fotógrafo, que responde al nombre de Jason Winslow, aseguró a las autoridades que Hugo abrió la puerta de su coche y le arrebató su cámara tras descubrirle. Aunque el guardaespaldas afirmó en un principio que no le había robado la cámara a Jason, más tarde la máquina fue encontrada en uno de los coches del séquito de la estrella. Hugo aseguró entonces que solo cogió la cámara para borrar las fotos del cantante.
El guardaespaldas ya fue acusado en 2013 de agarrar a un fotógrafo por el cuello para sacarle a rastras de un estudio de grabación en Miami.
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