Desde que debutara en la maternidad el pasado mes de septiembre con la llegada de Alexis Olympia, la tenista Serena Williams no ha tenido reparo alguno a la hora de compartir toda clase de detalles sobre la forma en que está lidiando con los cuidados de su primera hija y, en general, sobre las sensaciones que se desprenden de esta nueva aventura.
Sin embargo, y para alejar temporalmente el foco de las responsabilidades y particularidades que entraña su condición de madre primeriza, la deportista ha optado ahora por hacer una revelación que de seguro encantará a todos sus seguidores y, sobre todo, a los organizadores de uno de sus torneos favoritos, el Open de Australia, el último Grand Slam que ganó la estadounidense.
"Dato divertido de hoy. Las iniciales de mi hija son AO, las mismas que las del torneo que ella jugó dentro de mí cuando estaba embarazada. @AustralianOpen", ha escrito la leyenda del tenis en su cuenta de Twitter, dejando entrever que la decisión habría sido premeditada para sellar en el recuerdo uno de los momentos más especiales de su carrera deportiva y de su trayectoria vital.
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Teniendo en cuenta que el nacimiento de su hija y el momento inmejorable que atraviesa en el plano sentimental le han llevado a una situación de plenitud a todos los niveles, no debería resultar demasiado sorprendente que Serena haya querido aprovechar también las circunstancias para echar la vista atrás y rememorar el largo y duro camino que ha tenido que recorrer para llegar a lo más alto.
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"No sé cómo reaccionaría si tuviera que enfrentarme ahora a todo aquello que he tenido que superar desde los 15 años, e incluso a lo que he estado aguantando de forma reciente. Me han dicho que parecía un hombre porque era fuerte, también me han dicho que tomaba anabolizantes (cosa que jamás he hecho porque tengo demasiada integridad), que no debería pertenecer al deporte femenino. Y eso es injusto, porque me lo he trabajado tanto como he podido y he tenido la suerte de nacer con esta genética tan alucinante", escribía recientemente en una carta abierta pero dirigida a su madre.
"Me siento orgullosa de haberle enseñado al mundo que algunas mujeres simplemente somos diferentes. Algunas tenemos curvas, somos fuertes, musculosas y altas. Otras son pequeñas y delgadas, pero en el fondo todas somos mujeres, que es lo importante, y orgullosas de nuestra diversidad", sentenciaba en un ejercicio de reivindicación profesional y personal.