La actriz Amber Heard tendrá que presentarse ante la justicia australiana en Queensland el próximo 7 de septiembre, después de que ella y su marido, el actor Johnny Depp, introdujeran en el país de manera ilegal y a bordo de un avión privado a sus dos Yorkshire Terrier -Pistol y Boo- el pasado mes de mayo.
Amber se enfrenta ahora a dos cargos por importación ilegal y a un cargo por utilizar documentación falsa tras violar las estrictas leyes australianas de cuarentena. Además, la intérprete también podría ser condenada a pagar una multa de 200.000 dólares y a cumplir hasta 10 años de cárcel.
En el momento de los hechos, a la pareja se le informó de que sus mascotas podrían ser sacrificadas si no las sacaban del país en menos de 50 horas. El ultimátum que le envió el ministro de agricultura Barnaby Joyce no sentó demasiado bien a Amber, que acusó al político de querer buscar sus "quince minutos de fama" a costa de sus canes.
"Tengo la sensación de que vamos a evitar ir a Australia desde este momento... Supongo que todo el mundo quiere tener sus quince minutos de fama, incluyendo algunos funcionarios del gobierno", aseguraba la actriz en el programa 'Sunrise' de Channel 7.
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