La rebeldía en su máxima expresión, aguerrida y luchadora, ha sido un bastón para Tina. Es bella, de cuerpo armónico, pero envidia el de Tina y hace mucho deporte para intentar, aunque sea parecerse a ella.
De piel blanca como una porcelana, aunque ella hubiera preferido llevar el color de su madre adoptiva porque a sus 14 años, Pola se cree y habla como de color, por haber sido criada en el pacífico, pero se lamenta de no poder bailar como ellos.