En una entrevista concedida al diario El País de España, en diálogo con el periodista David Marchese, el octogenario y sabio de la música Quincy Jones se destapó y habló de varios de sus logros más grandes en la industria musical.
Su enorme reputación y gran carácter lo anteceden. Jones es brutalmente honesto al hablar y cuando Marchese le pregunta sobre cuál es el trabajo que debería haber sido más importante en su carrera, Quincy afirma:
"Pero, ¿qué coño dice? Nunca he tenido ese problema. Todos mis trabajos han sido importantes".
En seguida, le pregunta sobre qué es lo que más lo enorgullece en su carrera y Jones prosigue:
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"De que todo lo que puedo sentir lo puedo traducir en una partitura. No hay mucha gente capaz de hacerlo. Puedo conseguir que un grupo suene como canta un cantante. En eso consisten los arreglos, y es un gran don. No lo cambiaría por nada".
Posteriormente se sincera para afirmar que su objetivo ha sido siempre "lograr que el oído esté ocupado" y, según él, hay una canción de Michael Jackson que resume esto:
"(,...) El mejor ejemplo de un intento mío de fomentar los principios musicales del pasado —me refiero al bebop— es Baby Be Mine. [Tararea la melodía de la canción]. Es Coltrane convertido en canción pop. Me refiero a conseguir que los jóvenes escuchen bebop. El jazz está en la cumbre de la jerarquía musical porque los músicos aprendieron todo lo que podían de música. Siempre que me encontraba con Coltrane, él llevaba el libro de Nicolas Slonimsky.
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El bebop es un estilo musical del jazz desarrollado en la década de los cuarenta en el siglo XX.
Asimismo, al referirse a "Coltrane" habla del inmortal genio musical John Coltrane, uno de los más recocidos exponentes en la historia del jazz, saxofonista tenor y saxo soprano.
Finalmente, Nicolas Slonimsky fue un director de orquesta y crítico musical ruso quien emigró en 1925 a Estados Unidos para continuar sus estudios musicales. Él fue el escritor del "Tesauro de escalas y patrones melódicos", uno de los libros que más influyó a los jazzistas clásicos.
Sin más preámbulos, así suena "Baby Be Mine" de Michael Jackson y Quincy Jones:
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