Con cuenta en mano de lo que necesita, cuánto venderá y a cómo lo venderá, Patricia llega a la oficina de Héctor para hacer un negocio que él difícilmente podrá negar.
Aunque las cuentas no le suenan mucho al empresario y para la joven cantante el panorama empieza a oscurecerse. Lo cierto es que Héctor no podría decirle que no a tan buena propuesta con invitación incluida.