Armida e Ismael están entusiasmados con la idea de poder una familia a la que puedan llamar suya y darles a sus hijos todo el cariño que se merecen. Sin embargo, Armida se deprime al recibir la noticia de que las probabilidades de quedar en embarazo son pocas.
Ella no puede entenderlo y se deprime, tanto así que está dispuesta a cancelar su boda.