Cansada del ruido y de la parranda de Moncho, Bárbara llama a su sobrino Gustavo para que hable con los vecinos y los convenza de bajarle al ruido de sus fiestas. Gus habla con el costeño y él se compromete a no poner música tan duro.
Lorna está celebrando que fue la mejor de la clase e invita a sus compañeros y terminan en una increíble parranda. El cachaco va al apartamento a conciliar pero termina en medio de la parranda y se pasa de tragos.