Al terminar el entierro de Ismael, Claudio aprovecha para contarle a Escobita que él y su hermana están en el testamento de su padre y deben reclamar lo que es suyo. En un principio, Magdalena no quiere pensar en el dinero, pero su hermano la termina de convencer.
Escobita usa todas sus estrategias para acceder al testamento y poder reclamar su parte, pero Lucila es más rápida y ayuda a Armida a cumplir con el último deseo de Ismael.