Beatriz vuelve al consultorio de Julio para realizarse unos chequeos médicos y él la escucha pelear con alguien al otro lado de la línea. Ella le confiesa que es por culpa de una tubería en su casa que la tiene desesperada.
Julio, por no perder la oportunidad de pasar tiempo con Beatriz, se ofrece a ayudarla pero lo único que logrará es hacer todo un desastre y ponerla a cocinar.