Judith de Murcia

Nacida en Santander, es una atrayente mujer a la que su mamá le enseñó que la vida se resolvía casándose con un gringo, ojalá millonario.

Para estar a la altura de sus pretendientes soñados, estudió Secretariado Bilingüe, hasta que se le atravesó Silvio en el camino y ahí frenó su carrera. Cambió el éxito profesional por el amor, comprobando que el corazón a veces puede más que la razón.

Extraña el beso de las buenas noches y otros gestos cariñosos que tanto la enamoraron de Silvio. Durante sus veintidós años de matrimonio con él, ha tratado de aparentar que vive como la reina que siempre quiso ser, por eso gasta más de lo que se gana con sus ventas de productos de belleza por catálogo.

Espera que su hija Jenny logre ser una profesional exitosa y una mujer bien casada. Rechaza firmemente las pretensiones románticas de Jenny con Manuel, alegando que él es demasiado altruista para ella y que no tiene caso insistir cuando el amor no es correspondido. Pero en realidad lo que pretende es esconder un doloroso secreto de su pasado. El dolor y las frustraciones de sus hijos las vive en carne propia, pues ellos son la extensión más importante de su ser.