Acostumbrado a la música, Moncho llega al apartamento de Alejo y pone la radio a todo volumen con lo mejor del vallenato. Los vecinos que no disfrutan más que del silencio llaman a quejarse y ponen el grito en el cielo por el alboroto.
Alejo llama a su amigo y le pide que tome las cosas con calma y lea el manual de convivencia del edificio.