Después de superar el COVID-19 a los 82 años, Blas 'Michi' Sarmiento creyó que aún le quedaban muchos años por delante. Haber vencido una enfermedad que resultó devastadora para personas de su edad le devolvió la esperanza y una sensación de fortaleza que compartió con su familia. Sus familiares aseguran para 'Expediente Final' que nunca le gustó recibir ayuda para realizar sus actividades diarias, pues le gustaba valerse por sí mismo.
Sin embargo, en agosto de 2021 comenzaron a aparecer las primeras señales de que algo no estaba bien. Empezó a notar problemas de salud que lo llevaron a consultar al médico. Tras varios exámenes, recibió un diagnóstico que cambiaría el rumbo de sus últimos meses: cáncer de estómago. La noticia fue dura, pero una segunda opinión médica terminó por confirmar el peor escenario. Los especialistas fueron claros y le dijeron que tenía los días contados, una frase que resonó con fuerza en su familia y marcó el inicio de una despedida silenciosa.
A pesar de la gravedad de su estado, llegó su cumpleaños número 83. El 1 de noviembre lo celebró rodeado de todos los suyos, en el mismo lugar que, sin saberlo del todo, se convertiría en su lecho de muerte.
La madrugada del 26 de noviembre de 2021 fue especialmente difícil. Pasó la noche con hipo constante, y su hijo escuchó que estaba enfermo, inquieto, como si su cuerpo estuviera dando las últimas señales de agotamiento. Al día siguiente, el artista recibió asistencia de la EPS para revisarlo. Tras la evaluación, los médicos se retiraron, dejando a la familia preocupada por su estado de salud.
Poco después, una de las hijas del artista entró a su habitación y lo encontró sin vida. Blas Sarmiento, su hijo, recuerda que cuando logró verlo notó que había perdido el conocimiento, pero que antes de morir tuvo un breve momento de lucidez. En ese instante, padre e hijo pudieron mirarse y despedirse.
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