Aunque la joven Chloë Moretz (19) siempre se ha destacado por ser una de las estrellas juveniles más sensatas y responsables del actual panorama cinematográfico, la actriz admite ahora que a los 16 años estaba decidida a pasar por el quirófano para alterar todas aquellas partes de su cuerpo que le hacían sentirse insegura.
"Cuando tenía 16 años, estaba obsesionada con la idea de someterme a un aumento de pecho. También quería quitarme la grasa de la papada y llevar a cabo una reducción de nalgas. En esa época quería hacer demasiadas cosas con mi físico", aseguró la intérprete en una entrevista a ELLE.
Solo tres años más tarde, la angelical intérprete parece conformarse ya con esculpir su envidiable físico en el gimnasio y seguir una equilibrada dieta alimenticia para poder afrontar con éxito el intenso calendario de rodajes que tiene en el horizonte, una dinámica que ha demostrado serle más útil a pesar de todo el esfuerzo que implica.
"Creo que lo único artificial en mi cuerpo son las extensiones de pelo. El cuerpo es todo mío porque me ejercito todos los días y trato de comer únicamente alimentos saludables. Es verdad que a veces me la salto y caigo en la tentación, pero por lo general no me va mal en este sentido", añadió.
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Una de las razones que explican la estabilidad laboral y personal que define la vida de Chloë Moretz es la supervisión constante de la que es objeto por parte de sus padres y hermanos, así como la solidez de sus propias convicciones.
"Mi familia siempre será el pilar fundamental de mi vida, la gente que puede influir en mis decisiones. Si en algún momento ven que me estoy desviando de mi objetivo o que me distraigo con cosas innecesarias, no lo aceptarán. Ni yo tampoco, porque he trabajado demasiado duro para llegar a este punto de mi carrera", confesaba a HELLO!
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Por: Bang Showbiz