El cantante de salsa es de Buenaventura, Valle del Cauca, hijo de de Nery y de Manuel vivió una época difícil donde fue testigo de la pobreza y la muerte que persiguió a su familia durante un tiempo. Por eso, él es un hombre creyente que pone en manos de Dios su futuro.
“Soy un hombre de mucha fe”, dice. No soy un santo, me levanto todas las mañanas a disculparme con Dios, porque me enojé o por haberme enrumbado. Todos los días le agradezco por prestarme la vida¨. Quien habla es Yuri Bedoya, el músico que nació en Buenaventura, hace 50 años, y vino al mundo en su casa, gracias a una partera. Lo suyo fue jolgorio desde el principio, porque su llegada al mundo estuvo llena de tambores, marimba, currulao y fiestas del Pacífico, todo por cuenta de los vecinos, quienes, a pesar de los pedidos del padre del futuro músico, nunca se callaron", afirmó.
Yuri Buenaventura, aprendió de su padre la honestidad, de su madre, la fe. De niño soñaba con volar. Aunque en su infancia la pobreza invadía su alrededor, él siempre estuvo feliz, pues sus padres hicieron hasta lo imposible para que el no sintiera este flagelo. En el puerto vivió hasta los 17 años, cuando se fue a prestar servicio militar a Bogotá. A su regreso, su rumbo era París.
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La capital francesa le trajo muchas dificultades, pero con su perseverancia y ganas de expresar su talento, fue un paso para llegar a la fama. Es importante seguir adelante y no rendirse, pues tarde o temprano los sueños se cumplen.
“Para mí, la música es la extensión de la voz de Dios. Es una manera de expresarlo, en la que Dios y la vida se comunican”.
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