Gracias a Angélica Blandón, Suso aprendió que no debía meterle la mano en el bolsillo a su pareja mientras caminaba por la calle.
Además, descubrió cuál es la forma correcta de arrodillarse en una iglesia.
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Gracias a Angélica Blandón, Suso aprendió que no debía meterle la mano en el bolsillo a su pareja mientras caminaba por la calle.
Además, descubrió cuál es la forma correcta de arrodillarse en una iglesia.
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