El cuidado de la piel, la limpieza e hidratación deberían ser tu prioridad en la rutina de belleza diaria, sin embargo, no siempre tenemos el tiempo que quisiéramos para dedicarnos a cuidar nuestra piel de cara, cuello y manos. Es clave entender que todos somos diferentes, que nuestras pieles requieren cuidados y productos adecuados a nuestro tipo, color y textura de piel.
Los factores que definen el tipo de piel tienen que ver con la carga genética que se tenga, el lugar en el que se viva, el color, la producción de melanina, entre otros. Para esto, es necesario tener claros tres factores claves: ¿qué tipo de piel tengo?, ¿cuál es mi mayor preocupación en la piel?, y ¿cuál es mi estilo de vida?
“Encontrar los productos de cuidado de la piel adecuados a la necesidad de nuestra piel, facilita que nuestra rutina de cuidado responda a las preguntas anteriores, con esto creamos el hábito de cuidar nuestra cara, cuello y manos de manera adecuada”, explica Diana Ibarra, Gerente de Educación de FOREO para LATAM.
Los consejos para tener una piel saludable, consisten en: primero, realizar una limpieza adecuada, luego mantener la hidratación, y tener un cuidado preventivo con el uso de bloqueadores o pantallas solares de alto factor, con el cual se garantice la protección de los rayos del sol. Los otros productos se pueden adicionar con la identificación del tipo de piel.
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Consejos para cuidar los distintos tipos de piel según su tono y su textura, pues todas brillan en su diferencia:
Pieles blancas
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Suelen ser más sensibles porque la piel es más delgada y cuentan con poca producción de melanina, lo que facilita la irritación. Sin embargo, esto no es excluyente de este tipo de piel. Pues el cuidado para evitar la irritación aplica para cualquier tipo. Al ser más delgadas tienden a fracturarse más y a notarse más las líneas de expresión, las arrugas y el envejecimiento de la piel. Así mismo, el cuidado temprano de la piel, facilitará tener una piel saludable con el paso de los años.
Pieles oscuras
Producen más melanina, lo que permite tener la piel con una protección alta, siendo más resistente a los rayos del sol o al medio ambiente. La piel es más gruesa y cuenta con poros más largos, lo que facilita la producción de grasa, sin embargo, la piel puede ser sensible e irritarse con el sol y el cambio de clima.
Tipos de piel
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Piel grasa
La piel grasa se identifica por la hiperproducción de sebo, a causa de la genética, los cambios y desequilibrios hormonales, distintos medicamentos, situaciones de estrés o cosméticos que irritan la piel. Suele tener los poros agrandados, claramente visibles, ser brillante y contar con espinillas de cabeza blanca o negra.
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Piel sensible
La sensibilidad de la piel está relacionada a la contaminación, el estrés, la mala alimentación, el sol y el uso de cosméticos inadecuados, además de la reacción a los cambios climáticos como el frío o el sol. La limpieza adecuada y a profundidad y el uso de productos dermatológicos son el factor diferencial para el cuidado de este tipo de piel. Utilizar hidratantes, pantallas solares y mantener una rutina de belleza adecuada, facilitarán tener la piel saludable en cualquier momento del día.
Piel normal
La piel normal suele tener los poros más finos. Cuenta con una buena circulación sanguínea y tiene una textura suave y lisa. No tiende a ser sensible y su apariencia es uniforme. A medida que envejece una persona con piel normal, su piel llega a secarse más.
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