La recta final del embarazo suele ser emocionante para las mamás, pues a partir de la semana 37 el parto puede ocurrir en cualquier momento y por esta misma razón es importante dejar la maleta lista con anterioridad. No esperes a que llegue el día del nacimiento para organizar los elementos de aseo y el papeleo necesario, ya que en medio del afán, podrías olvidar algo importante. Piénsalo dos veces antes de dejar un evento como este en manos del azar.
Los ambientes hospitalarios son fríos y tu pequeño bebé no tendrá la capacidad de regular por sí solo su temperatura, así que los gorros, las mantas y la ropa abrigada no pueden faltar por ningún motivo en tu bolso. La lista de objetos indispensables también incluye pañales, pañitos húmedos y crema antipañalitis, estos elementos te ayudarán a cuidar la higiene de tu hijo o hija, durante su estadía en el hospital.
Cuando empaques tu ropa, haz de la comodidad una prioridad. El sostén debería ser especial para lactancia y los pantis, de talle alto y algodón, pues en caso de ser sometida a una cesárea, este tipo de prendas permitirán que la zona afectada se oxigene y que las costuras no te produzcan dolor o molestias. También necesitarás elementos de aseo personal como: cepillo de dientes, desodorante, toalla corporal, peine para el cabello, pasta dental, crema hidratante y toallas higiénicas.
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Este maletín tiene que estar preparado y completo a partir de los ocho meses. Desde entonces debes estar alerta a las contracciones, si es tu primer embarazo y aún no tienes claro cómo identificarlas, dale clic al video y escucha la explicación de la doctora Susana Martínez Galeano, ginecóloga, obstetra y especialista en medicina materno fetal. Así podrás entender la diferencia entre las contracciones de 'Braxton Hicks' y las que se producen el día del parto.
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