Kaleth sabe que el talento corre por sus venas y está dispuesto a todo para demostrarlo. Por eso decide aceptar la oferta y presentarse en un restaurante de Cartagena para poner a cantar y bailar a todos los presentes.
El éxito es tal que el dueño del local, quien también es locutor de radio, no puede creer que haya aumentado sus ganancias gracias a su presentación.