Desde que fuera diagnosticado con diabetes tipo 2, el oscarizado Tom Hanks ha transformado por completo su estilo de vida para hacer de la actividad física una "prioridad absoluta", por lo que no duda en salir a correr todos los días con su esposa Rita y seguir a rajatabla un estricto régimen alimenticio que, para evitar caer en la tentación, es supervisado escrupulosamente por la mujer de su vida.
"Llevamos varios años sometidos a una dinámica mucho más saludable, entre otras cosas para evitar que la diabetes pueda complicarle la vida a mi marido. Hemos anulado por completo el consumo de azúcar y salimos todos los días a correr unos minutos por el barrio, aunque a veces preferimos ir a la montaña a hacer senderismo. Las recomendaciones médicas que él ha recibido me las aplico a mi vida diaria, porque en esta aventura siempre estaremos juntos", declaró Rita Wilson a la revista People.
Aunque la mujer del afamado intérprete disfruta de un óptimo estado de salud, el paso de los años y el cuadro médico de su marido le han animado a sumergirse de lleno en las bondades de la vida sana, hasta el punto de que está convencida de que los problemas de salud que han golpeado su ámbito familiar le han dado la "oportunidad" de sentirse mejor en todos los sentidos.
"Cuando somos jóvenes, queremos cuidarnos y hacer ejercicio para vernos mejor y disfrutar de una figura envidiable, pero a medida que te haces mayor, entiendes que el deporte y las dietas te ayudarán a sentirte mejor en el futuro, a evitar algunos disgustos que son producto de la vida sedentaria y de la falta de previsión. En el fondo, la diabetes de Tom nos ha ayudado a planificar el futuro con más detenimiento y a esforzarnos por combatir la edad con mucha más vitalidad", aseguró Rita a la misma publicación, antes de revelar que todavía no acaba de asimilar que lleve 26 años casada con uno de los artistas más reputados de la gran pantalla.
Publicidad
"Por desgracia, no pudimos celebrar nuestro 26 aniversario en la fecha porque Tom estaba trabajando, pero lo hicimos la semana anterior con una cena romántica. Nos miramos a los ojos y, justo después, empezamos a reírnos. No parábamos de decirnos el uno al otro que era imposible que lleváramos tanto tiempo casados: desde luego, los años pasan volando", concluyó.