La estrella televisiva Scott Disick ingresó el pasado fin de semana en el centro de rehabilitación Cliffside Malibu de California para seguir un programa que le ayude a solucionar sus problemas con el alcohol y las drogas después de que su expareja Kourtney Kardashian le informara de que no estaba "capacitado" para ver a sus tres hijos -Mason (5), Penelope (3) y Reign (10 meses)- "sin supervisión" debido a su estilo de vida desenfrenado.
Scott -a quien Kourtney abandonó el pasado mes de julio después de nueve años juntos- ha cortado ahora toda relación con las malas influencias de su entorno tras admitir que tiene "un problema", según informa el portal TMZ.
Esta es la cuarta vez que Scott intenta encarrilar su vida, motivado por el miedo a "perderlo todo".
"Quiere que esta vez salga bien porque ha estado muy cerca de perderlo todo", explicó una fuente a People.
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El ingreso en rehabilitación de Scott -cuya vida empezó a salirse de control tras la muerte de sus padres a finales de 2013 y principios de 2014- ha coincidido con el ingreso hospitalario de su excuñado Lamar Odom, que continúa legalmente casado con la hermana de Kourtney, Khloé Kardashian, a pesar de que ella solicitó el divorcio en 2013, debido a un retraso legal.
Se cree que Scott no está al corriente del estado crítico en el que se encuentra Lamar tras ser encontrado inconsciente en un prostíbulo de Nevada este martes por miedo a que la preocupación interfiera con su rehabilitación.
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"No quieren que todo eso interfiera con el proceso", apuntó el mismo informante.