Pese a que muy pocos apostaban al principio por un romance que comenzó ante las cámaras de la edición mexicana de 'La Voz', la cantante Paulina Rubio y su exalumno Gerardo Bazúa han demostrado con el paso de los meses que lo suyo no es un mero idilio fugaz y pasajero, sino una relación madura destinada a perpetuarse en el tiempo.
De hecho, la chica dorada no ha querido separarse de Gerardo durante el período estival y por eso le ha invitado a acompañarla durante su recorrido en yate por aguas mediterráneas, una escapada que ha permitido al intérprete integrarse aún más en el círculo de allegados de Paulina, demostrando que los casi trece años de diferencia que existen entre ambos no suponen ningún obstáculo para su amor.
"Con mi familia navegando por el Mediterráneo. El amor está en el aire", aseguró la artista mexicana en su perfil de Instagram, una descripción de la tierna imagen con la que deja patente la buena química que existe entre todos.
Parece que tanto la artista como su pareja han decidido poner tierra de por medio para olvidarse por unos días de las respectivas polémicas que les han salpicado de lleno durante los últimos meses: las eternas disputas judiciales con su exmarido Nicolás Vallejo-Nágera en el caso de Paulina, y la tensión que define en la actualidad la relación de Gerardo con la madre de sus hijos, Yuriko Sandoval.
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Aunque el cantante se divorció de su exmujer a principios de este año, Gerardo podría no haber conseguido olvidar del todo su vida en común pese al ilusionante noviazgo que mantiene con Paulina. Como informaba el portal TVyNovelas, el cantante y Yuriko mantuvieron una fuerte discusión hace unos días en relación al nuevo novio de esta, quien ya habría conocido a los hijos de la expareja para desgracia del temperamental Gerardo.