Cuesta imaginar a Oprah Winfrey, una de las mujeres más poderosas de la industria del entretenimiento, capaz de hundir carreras con una entrevista y de convertir en un éxito cualquier producto que respalde, dudando de su talento o sintiéndose tan insegura como una novata.
Sin embargo, la realidad es que la presentadora es un auténtico manojo de nervios cada vez que pisa un set de rodaje, a pesar de haber participado en grandes éxitos de crítica y taquilla como 'El color púrpura' y 'Selma' y de tener otros cuantos proyectos cinematográficos pendientes de estreno.
"Justo al terminar de rodar 'A Wrinkle in Time' [la última cinta de Ava DuVernay en la que comparte cartel con Reese Witherspoon y Mindy Kaling] le pregunté a Reese: '¿Cuántas películas has hecho?'. Y ella me contestó como si nada: 'Oh, cientos de ellas'. Y me quedé pensando: 'Creo que yo he participado en unas cinco. Espero que nunca me pregunte cuántas he hecho yo'. Siempre me siento un poco intimidada al tener que meterme en la piel de otra persona", reconoce Oprah en una entrevista concedida a la revista Variety.
La inseguridad que se apodera de la también productora cuando se pone delante de las cámaras para interpretar a un personaje ficticio se debe al nivel de exigencia con el que afronta esta faceta de su carrera y al hecho de que su verdadero deseo era dedicarse al mundo del cine y no al de la televisión, un sueño que se hizo realidad con su debut en la aclamada adaptación de 'El color púrpura', basada en la novela homónima de Alice Walker.
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"Sabes, yo siempre había querido ser actriz. Nunca había deseado algo tanto en todo mi vida como aparecer en 'El color púrpura', y nunca más me he permitido querer algo con tantas ganas, porque fue una experiencia que me marcó, mucho. La primera vez que leí el libro, salí corriendo a comprar ocho ejemplares para que todo el mundo que me importaba lo leyera, antes incluso de que se me ocurriera crear un club de lectura", confiesa en la misma conversación, haciendo referencia a la antigua sección de su programa televisivo en la que recomendaba sus lecturas favoritas.
La obsesión de Oprah por participar en el proyecto que sacó adelante Steven Spielberg era tal, que habría aceptado cualquier puesto con tal de participar en el mismo, aunque fuera como chica de los recados. Finalmente, acabó siendo la escogida para interpretar el papel de Sofia Johnson compartiendo pantalla con la mismísima Whoopi Goldberg.
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"No me creía merecedora de ese honor. En el momento en el que conseguí hacer la audición, supe que Dios existía. Yo se lo había rogado con todas mis fuerzas y me lo concedió", recuerda.
El único inconveniente del buen recibimiento que tuvo su primera incursión en el séptimo arte por parte de la crítica es que le ha puesto el listón demasiado alto de cara a sus posteriores incursiones en la industria. Nadie diría, no obstante, que este detalle ha conseguido afectar a la presentadora, en vista de las nominaciones a los Bafta y los Premios del Sindicato de Actores que obtuvo con sus papeles secundarios en las más recientes 'El mayordomo' y 'Selma'.