Haciendo gala de su innata espontaneidad, Miley Cyrus no dudó en subirse al escenario del karaoke Sing Sing de Nueva York e interpretar algunas canciones junto a su madre Tish ante un grupo de atónitos asistentes. El talento musical de la cantante dejó tan encandilados a los presentes que ninguno se atrevió a cantar después de su actuación.
"Nadie quiso subir al escenario después de ella", aseguró una fuente al periódico New York Post.
Pero alguien sí lo hizo. Fue Lily Allen -telonera de los conciertos del tramo estadounidense de la gira 'Bangerz' de Miley- quien se animó también a deleitar a los asistentes con su voz.
Acto seguido le llegó el turno otra vez a Miley, quien se unió a un grupo de asistentes que en otra sala cantaban con dudosa afinación 'Wrecking Ball'.
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"Les sorprendió saltando encima del escenario", añadió el mismo informante.
Miley acudió al karaoke horas después de haber pasado por el estudio del tatuador Bang Bang, donde se grabó en el antebrazo la frase 'Love Yer Brain' en homenaje a la canción de 1987 del grupo de rock The Flaming Lips y donde se aventuró a tatuar una luna creciente al mismísimo Bang Bang en el pulgar.
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