Allá por 2008, cuando 'Hannah Montana' aún era uno de los productos más rentables de la factoría Disney, su protagonista Miley Cyrus protagonizó un controvertido posado para la revista Vanity Fair en el que aparecía envuelta en una sábana blanca y mostrando únicamente su espalda desnuda para las lentes de la prestigiosa fotógrafa Annie Leibovitz.
En aquel momento, la imagen de una de las estrellas juveniles más famosas del planeta -una que lucía además con orgullo el entonces popular anillo de castidad- en actitud vagamente provocativa generó toda una conmoción a pesar de que, como la propia Miley explicaba en la entrevista que acompañaba al reportaje, se trataba de unas instantáneas "artísticas y de buen gusto" en las que aparecía tapada "con una manta muy grande".
Ese razonamiento no logró convencer a sus críticos y, en consecuencia, a la artista de 15 años le tocó entonar el mea culpa y disculparse con todos aquellos seguidores más conservadores -y sobre todo los padres de estos- a quienes pudiera haber ofendido.
"Participé en una sesión fotográfica que debía ser artística pero ahora, tras ver las imágenes y leer la historia que se escribió junto a ellas, me siento avergonzada. Nunca pretendí que sucediera algo así y me disculpo con mis fans, por los que me preocupo de corazón", rezaba el comunicado emitido por la adolescente en la misma línea de otro que ya había publicado Disney y en el que la compañía alegaba que su gallina de los huevos de oro "había sido manipulada con el mero propósito de vender revistas".
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Lo que pocos imaginaban era que unos años después Miley iniciaría su etapa como artista independiente rompiendo al mismo tiempo con Hannah Montana y con la cuidada imagen que se había cultivado de ese personaje a base precisamente de posar desnuda y provocar al público de mil maneras diferentes en sus videoclips -ahí está el inolvidable 'Wrecking Ball'-, con sus escuetos atuendos o haciendo twerking con el cuarentón Robin Thicke en su actuación de los MTV VMA de 2013.
Todas esas ocasiones de resarcirse no parecen haber conseguido sin embargo que Miley olvide aquella ocasión en que le tocó traicionar sus principios y pedir perdón, en vista de que ahora ha vuelto a recordar ese episodio en su Twitter ofreciendo una versión muy distinta de los hechos.
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"NO LO SIENTO. Que os jo**n. #Hace diez años", reza el mensaje con el que la cantante ha acompañado una portada del New York Post que informaba de la historia.
En esa misma línea, la intérprete también compartió una serie de imágenes de su infancia sacadas de su álbum familiar en las que sí aparecía como esa angelical niña que debutó en Disney.
Por: Bang Showbiz
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