Los padres de Catalina de Cambridge no pasarán la próxima Navidad en el palacio de Sandringham - residencia oficial de la reina Isabel II en el condado de Norfolk- según declaran fuentes cercanas a la familia real, que consideran "muy improbable" que Carole y Michael Middleton sean invitados a las principales celebraciones navideñas de la familia real británica, aunque sí acudirán probablemente a Anmer Hall, la residencia que Guillermo y Catalina poseen a tres kilómetros de distancia del palacio de la monarca.
"Es muy improbable que la familia de Catalina sea invitada a las grandes comidas de Navidad o a la tradicional celebración del Boxing Day. Puede que sean invitados a tomar el té algunos de esos días, pero nunca a comer o a cenar, y nunca en Navidad", reveló una fuente al periódico Daily Mail.
Pero la decisión de no contar con Carole y Michael no debe interpretarse como una falta de afecto por parte de la reina Isabel hacia la familia de la duquesa Catalina, sino como una mera cuestión práctica.
"La reina siente un gran afecto por Catalina y no quiere excluir a su familia, de hecho ha roto viejos protocolos por ellos. Pero si todos sus hijos y las esposas de los nietos traen a sus respectivas familias a comer, no habría espacio suficiente, ni siquiera en el comedor de Sandringham", añadió.
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El clan Middleton sí estará presente en la misa de Navidad, pero después regresará a la residencia de los duques en Anmer Hall, donde se les unirá Catalina -quien en estos momentos se encuentra esperando su segundo hijo- tras cumplir con sus compromisos oficiales para pasar el resto de la jornada junto a sus padres y sus hermanos, Pippa y James.