La periodista Sara Carbonero no ha dejado de irradiar felicidad y plenitud desde que la semana pasada cumpliera unos muy bien llevados 34 años de vida, una efeméride que sin duda coincide con uno de los períodos más estables y satisfactorios de los más de dos años que lleva residiendo en Oporto con el futbolista Iker Casillas y los dos hijos de la pareja, Martín y Lucas.
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Y es que mientras que el exportero de la selección española parece haber recuperado la relevancia perdida en el Oporto al acumular ya 100 partidos como titular con el equipo luso, la presentadora y bloguera sigue descubriendo cada día nuevos rincones de su ciudad de adopción que la inspiran y, sobre todo, la llevan a reflexionar sobre el momento vital en el que se encuentra.
Bajo la ya famosa etiqueta 'Slowlife' con la que ha venido describiendo en las redes sociales algunos aspectos de su estilo de vida apacible, relajado y centrado en disfrutar al máximo de los pequeños detalles, Sara se ha animado ahora a revelar ante todos sus seguidores cómo, a pesar de no ser en absoluto supersticiosa, su condición de madre le ha llevado a hacerse con varios "amuletos" ligados, por un lado, a sus dos retoños y, por el otro, a su esperanza de que la suerte le siga sonriendo tanto como hasta ahora.
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"Más que letras... No creo en los amuletos pero tengo unos cuantos por si acaso #Porto #Slowlife", ha bromeado a través de su cuenta de Instagram junto a una imagen de su cuello en el que se aprecian claramente tres colgantes, uno con forma de luna y otro en el que se encuentran las iniciales de sus pequeños bañadas en oro.
Sean efectivos o no los citados amuletos, lo cierto es que la segunda ciudad más poblada de Portugal les ha brindado a Iker y a Sara un entorno ideal para construir una vida casi idílica, con todo lo que necesitan para el desarrollo integral de sus dos hijos y, sobre todo, la libertad de poder moverse por sus calles -una de las grandes pasiones de la reportera- sin ser molestados constantemente por fotógrafos y demás curiosos.
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Eso explica también por qué Sara celebraba la semana pasada sus 34 primaveras con más entusiasmo todavía del que es habitual en ella, consciente de que su aventura portuguesa con el exjugador del Real Madrid no podría haber salido mejor gracias a las enriquecedoras experiencias vividas en estos dos años y a los muchos amigos que han hecho en la ciudad.
"Muchísimas gracias a todos por los mensajes de felicitación y las muestras de cariño. Y gracias también a mi familia, a la de verdad y a la que he elegido aquí en Porto, por hacer de la de ayer una noche muy especial. Me encanta hacerme mayor, las cosas se vuelven simplemente más fascinantes", escribía ilusionada en la misma plataforma junto a una foto en la que posa sonriente durante los festejos por su gran día.
Por: Bang Showbiz