El actor Ryan Reynolds y sus hermanos se pasaron los últimos momentos de vida de su padre, James C. Reynolds -que falleció en octubre del año pasado a los 74 años tras un larga batalla contra el párkinson-, haciéndole reír y gastándole bromas.
"En los últimos momentos de mi padre, estuvimos haciéndole reír. Estábamos todos juntos, mis hermanos y yo, gastándole bromas. Y por supuesto acabamos tocándonos las narices uno a otro. Yo le recomendé al médico que le aumentara la dosis de Dilaudid a mi padre para que pudiera aguantar mejor a mi hermano. Reír puede ayudarte en esos momentos tan duros e incluso puede servir para que consigas salir del pozo. La suya no fue una mala forma de irse. Si pudiese tener la misma muerte que mi padre, firmaría ahora mismo para que así fuese", aseguró el intérprete a la revista Men's Health.
El sentido del humor también ayudó a Ryan -que dio la bienvenida al mundo a su primera hija junto a su mujer Black Lively el año pasado, una niña a la que llamó James en honor a su padre- a seguir adelante con su vida personal y profesional. Además, dar vida al gamberro superhéroe Deadpool en su última película también le ayudó a comprender la importancia de tomarse la vida "menos en serio".
"Comprendo el concepto de filtrar el dolor a través de un prisma de comedia. Creo que este personaje lo hace muy bien. Obviamente él va demasiado lejos. Se despierta cada mañana exclusivamente para molestar a todo el mundo. Pero cualquier persona corriente como yo puede identificarse con eso, con que se puede aprender mucho de tomarse la vida algo menos en serio", añadió.
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Por: Bang Showbiz