Aunque a día de hoy Jessica Alba puede presumir de haber protagonizado la portada de innumerables revistas gracias a su impresionante silueta, de pequeña fue una niña "regordita" debido a sus problemas de asma, que le impedían practicar ejercicio durante prolongados periodos de tiempo.
"Estuve en un equipo de natación, y como era regordita siempre llegaba la última, pero la última con diferencia. Siempre lloraba y recuerdo que no podía respirar", confiesa la intérprete en una entrevista a la revista Self.
Jessica aprendió a superar sus problemas físicos gracias a sus padres, que nunca le permitieron tirar la toalla.
"Mis padres siempre me decían: '¡Has empezado esto y lo vas a acabar!'. Me hicieron ser constante y aprender a levantarme. Fue un proceso doloroso, pero aprecio ese tipo de amor más duro", añade.
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Ahora Jessica, que es madre de Honor (7) y Haven (4) junto a su marido Cash Warren, ha conseguido superar sus problemas de autoestima y se siente mejor que nunca en su propia piel.
"Me siento más cómoda que nunca en mi propia piel. Creo que sencillamente a medida que te vas haciendo mayor cambia tu mentalidad sobre lo que realmente importa", explicaba Jessica a Us Magazine.
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