Han pasado solo unos días desde que Jennifer Lopez y Marc Anthony finalizaron de una vez por todas los trámites del divorcio que solicitaron a finales de 2011, pero lejos de cerrar para siempre uno de los capítulos más agridulces de su vida personal, la diva del Bronx ha demostrado que sigue recordando con cariño algunos de los aspectos más positivos de su extinto matrimonio: principalmente el hecho de verse rodeada de niños al más puro estilo Angelina Jolie.
"Cuando estaba casada con Marc, además de con nuestros dos hijos, teníamos que pasar mucho tiempo también con los niños de su matrimonio anterior, tres chicos y una niña, y cada vez que salíamos a dar una vuelta, parecía que había contratado un séquito de menores de edad. En esos momentos pensaba que éramos la versión latina de Brad Pitt y Angelina Jolie. Me encantaba estar con ellos y lo pasábamos muy bien juntos", reveló la estrella de la música a la emisora estadounidense Sirius XM.
La cordialidad con la que los dos cantantes afrontaron su separación hace tres años, además de la buena amistad de la que disfrutan hoy en día, explica la estabilidad emocional que siempre ha caracterizado a sus dos mellizos, Max y Emme, quienes no han dejado de crecer como "niños normales" gracias al sólido núcleo familiar creado por sus padres y, al mismo tiempo, por la "estricta" educación que les ha brindado la famosa intérprete.
"Mis hijos se están criando en un ambiente totalmente diferente al que lo hicieron sus padres. Yo estuve compartiendo mi habitación hasta que tenía 16 años en una casa en la que casi no cabíamos todos. Ellos tienen la suerte de contar con sus propias habitaciones en una casa enorme, así que les sorprende que su abuela [la madre de Jennifer] siga en una vivienda de dimensiones reducidas. Es precisamente esa diferencia la que me hace ser más estricta con ellos, quiero que tengan los pies en la tierra, que sean conscientes de que son afortunados por poder vivir así", confesó la popular cantante.
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La relación inquebrantable que Jennifer mantiene con sus humildes orígenes neoyorquinos se ha visto reflejada de forma más reciente con el lanzamiento de su nuevo disco 'A.K.A.', cuyas canciones hacen referencia directa a sus años de vida en el barrio del Bronx y, sobre todo, a la forma en que su pasado ha moldeado el carácter indómito del que hace gala a día de hoy.