Puede que por fin se haya desvelado el misterio del descenso en la calidad del vestuario de Jennifer Aniston: la actriz ha decidido prescindir de su estilista y ocuparse ella misma de aprovisionar su armario. O al menos eso se desprende de su última visita en solitario a los grandes almacenes Barneys de Nueva York, en los que intentó pasar desapercibida con el típico uniforme de camuflaje de los famosos: ropa negra y gafas de sol. Aunque por el momento el experimento no le está saliendo demasiado bien -al menos en las últimas alfombras rojas-, Jennifer todavía está a tiempo de cambiar el rumbo gracias a las últimas compras que sin duda adquiriría en la tienda para renovar su guardarropa.
Actualizado: febrero 05, 2016 07:05 p. m.