Desde que el fundador de Playboy Hugh Hefner se retirara de la vida pública hace unos años, no han parado de avivarse los rumores sobre el deterioro de su salud que le llevó a renunciar al control creativo de la mítica revista en favor de su hijo Cooper.
Ahora este ha querido aclarar que, si bien su padre sufre los achaques físicos que se esperarían en cualquier persona de 91 años, mentalmente sigue tan agudo como siempre.
"Es duro verle pasarlo mal, y luchando, pero estoy feliz de que sean solo problemas físicos y no mentales", ha explicado su vástago en una entrevista a The Hollywood Reporter.
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Una de las decisiones más sorprendentes que Cooper tomó una vez estuvo al frente de la publicación fue recrear en el número del pasado junio el desnudo que realizó su madre Kimberley Conrad como Playmate del Año en 1989, un posado que por otra parte siempre estuvo expuesto encima de la chimenea de la biblioteca de su casa.
"Nunca me importó que el cuadro estuviera allí colgado. Con motivo del Día de la Madre le pregunté si estaría interesada en recrear la portada original, y dos semanas más tarde lo hicimos", recuerda con naturalidad.
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Mientras Hugh Hefner permanece atrincherado en su mítica mansión, donde ha sustituido sus antiguas veladas salvajes por reuniones mucho más tranquilas con sus más allegados para ver películas, Cooper se ocupa del negocio familiar con una nueva filosofía que, en su caso, no incluye pasarse todo el pijama y bata.
"Solo me pongo los míticos pijamas de mi padre para nuestra fiesta Midsummer Night's Dream, en una especie de guiño al pasado. Pero sería un error, uno muy ridículo, llevarlos a la oficina. Tengo muy en cuenta la filosofía de Playboy, pero también tengo mi punto de vista", matiza.