La actriz Kate Winslet no ha tenido reparo alguno a la hora de rememorar la trepidante aventura que la llevó a conocer al que ahora es su marido y padre de su hijo Bear, Ned Rocknroll, que tuvo lugar hace seis años cuando ambos coincidieron en el complejo vacacional que el empresario Richard Branson, tío del segundo, posee en la llamada Necker Island.
Como se hicieron eco medios de todo el mundo, la casa en la que se alojaba el magnate y todos sus invitados empezó a arder misteriosamente en medio de la noche y tuvo que ser desalojada inmediatamente para evitar mayores riesgos, lo que por otro lado propició el primer encuentro cara a cara entre las dos personas que acabarían contrayendo matrimonio.
"Conocí a mi marido en un incendio. Era el único tipo que tenía una linterna en la cabeza y que había sido capaz de sacar un par de zapatos de la casa. Todos los demás dejaron todo dentro. En mi caso, solo pude coger un sujetador, los pasaportes y, por supuesto, a mis hijos. Y al final me casé con él. Creo que en ese momento me dije a mí misma: 'Me quedo sin duda con el hombre que lleva una linterna en la cabeza'", explicó divertida la intérprete inglesa a Entertainment Tonight.
La protagonista de 'Titanic', madre también de Mia (16) y Joe (13) como resultado de relaciones anteriores, es perfectamente consciente, por tanto, de que el amor puede llegar en el momento más inesperado y también en las condiciones más adversas.
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Pero por si no fuera suficiente con las lecciones que se extraen de sus propias experiencias personales, ahora la oscarizada artista protagoniza junto a Idris Elba la película 'The Mountain Between Us', en la que ambos dan vida a dos supervivientes de un accidente aéreo que acaban desarrollando una profunda conexión personal.
"Yo ni me lo pensé a la hora de aceptar el papel, porque jamás se me pasó por la cabeza que fuera una historia inverosímil o no. Es que me ha pasado algo muy parecido en la realidad", aseguró en la misma conversación, antes de revelar algunos detalles sobre el que se ha convertido en uno de los rodajes más exigentes y duros de su vida.
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"Tuvimos que grabar la mayor parte de las escenas con temperaturas tan bajas como menos 38 grados y a más de 3000 metros de altura. A veces tenía miedo de salir del coche por si me quedaba congelada", manifestó.
Por: Bang Showbiz