La actriz Amanda Bynes contrató al abogado Artemio Santiago el mes de octubre pasado cuando estaba ingresada en un hospital de Pasadena (California) sufriendo los estragos de haber abandonado la medicación para sus problemas psiquiátricos, y fue este quien se ocupó -según asegura el propio letrado- de que la artista volviera a tomar sus fármacos, así como de asistirla en todo cuanto Amanda le pedía, acercándole al centro médico objetos personales, como sus zapatillas de ballet, medias, DVDs o libros. Pero pese a todos estos cuidados no hay nadie que quiera pagar ahora los 16.000 dólares de la minuta de Santiago, según informa el portal TMZ.
Así, los padres de Amanda -quienes tienen la guardia y custodia de sus asuntos personales y profesionales- han asegurado que su hija no tenía la capacidad mental para contratar un abogado, por lo que se niegan a pagar.
Y los tribunales podrían darles la razón, ya que el pasado octubre, un juez dictaminó que Lynn Bynes debía permanecer como tutora legal de Amanda, a pesar de las objeciones de la actriz, porque creía que la joven no tenía la capacidad de firmar un acuerdo o contratar un abogado por sí sola.
La estrella pasó cinco meses en un centro de tratamiento desde julio de 2013, donde fue internada en contra de su voluntad por primera vez.
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En diciembre salió del centro y prosiguió su vida con normalidad, hasta que su tutela concluyó el pasado septiembre. Semanas después fue de nuevo ingresada involuntariamente en un centro hospitalario.