Constanza tiene unos 37 años, es bacterióloga, apasionada por su trabajo y magnífica profesional, aunque siempre menospreciada por vivir en un mundo de médicos que consideran su profesión menor. Es la segunda esposa de Alfonso Montealegre, llegó a su vida tras la muerte de su mujer, quien murió poco después de dar a luz. No es la madre de Juliana y se han encargado de hacérselo saber toda la vida. A pesar de que resignó a sus deseos de ser madre por criarla, Juliana siempre la ha presentado como “la esposa de mi papá” o habla de ella como “la señora que me crió”.
Siempre ha sido una mujer enamorada, querida por todos, especialmente por su única y mejor amiga, Silvia, quien es su confidente y apoyo en todo momento. En realidad ella se siente amada por todos menos por su marido. Es una magnífica profesora y todos los alumnos la admiran y respetan mucho.
Su matrimonio atraviesa el peor momento, Connie ya no aguanta ser más invisible. Siente que el tiempo pasó, que jamás vivió su vida sino la de su marido y Juliana. Cuando Rodrigo empieza a frecuentar la casa con Juliana, decide conquistar a su gran amor, no desaprovecha momento para hacerle saber lo bella y especial que es ella para él, hasta que logran entablar una relación amorosa.