Karoline supo desde muy pequeña que sus habilidades no eran normales y aunque tampoco considera que tenga dones sobre naturales, cree que su disciplina y decisión la han llevado más allá de lo que alguna vez imaginó.
Desde hace diez años entrena en un gimnasio, seis días a la semana, tres horas diarias. Cuida cada cosa que come y confiesa que su pecado más grande cuando quiere satisfacer sus antojos, son unos patacones con costillas de cerdo y limonada de coco.
Asegura que la palabra pereza no está en su léxico, es por eso que a su edad ya tiene una carrera técnica en sistemas y también se graduó como diseñadora de modas en Bogotá. Actualmente estudia actuación y aunque una de sus metas es ser una gran actriz, asegura que su sueño más grande lo cumplió cuando creó su propia marca de ropa deportiva llamada Krm fit. “Lo que más me caracteriza es que jamás dejó algo a medias”.