Gertrudis está dispuesta en conocer quién es la amante de Felicito, por lo que le pide a Armida que la acompañe a buscarla en el restaurante donde trabaja y luego terminan persiguiéndola hasta la casa. A pesar de ver a Felicito llegar a ese lugar, Gertrudis es incapaz de decir algo y se devuelven a su hogar.
Gertrudis quiere olvidarlo todo y un regalo de Ismael se convierte en la excusa perfecta para demostrarle a Felicito que ella sigue siendo su esposa. Con una cena romántica en un lujoso hotel, la pareja termina recordándose lo mucho que se quieren.
Al finalizar la velada, Felicito y Gertrudis están seguros de querer terminar la noche en el cuarto del hotel, pero se encuentra a Mabel con otro hombre.