Después de ver que su hermano Danilo se metió en problemas en la cárcel por estar cerca de J.J., Pineda está decidida a descubrir al precio que sea los negocios ilícitos que el sicario mantiene al interior del plantel, pero no quiere mezclar su vida sentimental con la laboral, por lo que decide terminar su relación con el director.
A pesar de que Pineda no le quita los ojos de encima a J.J., el capo logra evadirla y seguir con el tráfico de ácidos.