Kendall Jenner decidió disfrutar ayer lunes de las festividades asociadas al Día de la Independencia de Estados Unidos con una fiesta de grandes proporciones en el famoso local 'Bootsy Bellos' de Malibú, una noche en la que además de verse acompañada de su excuñado Scott Disick, expareja de Kourtney Kardashian, la modelo no se separó en ningún momento del hombre que podría ocupar ahora su corazón: el jugador de baloncesto Jordan Clarkson.
Aunque los dos jóvenes no dieron muestra alguna durante la velada de que su estrecha amistad haya derivado aún en un apasionado romance, fuentes cercanas a la hermana de Kim Kardashian aseguran que ambos todavía se están conociendo y que prefieren no precipitarse a la hora de tomar una decisión con respecto a su futuro.
"Kendall y Jordan fueron muy cautos y no intercambiaron gestos de cariño que pusieran en evidencia lo que hay entre ellos. Solo demostraron que son muy amigos y que se divierten mucho juntos. Para que no hubiera malentendidos de ningún tipo, una de las amigas de Kendall se sentó en medio de los dos", reveló un informante a la revista People.
Hace solo unas semanas, los allegados al deportista confirmaban que entre Kendall y Jordan existía una complicidad especial y una atracción mutua que en algún momento podría a llevarles a dar un paso adelante en su relación, aunque los dos serían conscientes también de que la expectación que un hipotético romance generaría entre la opinión pública podría ser precisamente uno de los principales obstáculos para mantenerlo a flote.
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"Kendall y Jordan se ven cada vez con más frecuencia y su amistad no ha dejado de crecer en intensidad, pero eso no significa que estén dispuestos a tener una relación sentimental al uso. Cuando están en público tratan de no llamar la atención para que no se hable de un posible romance, pero en privado los dos siempre demuestran que hay una gran química entre ellos y que se tienen mucho cariño. Él no puede dejar de pensar en ella", aseguraba una fuente al mismo medio.
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