Lo que ha vivido
El joven, quien también está enamorado de Romina, está seguro de que su papá Abelardo no es la cabeza de la Mafia del Grifo y que, por el contrario, está amenazado y por esto no ha dicho quienes más están involucrados. La desesperación obliga a Santiago a pedirle a Cristóbal Ruiz que por favor siga investigando y no cierre el caso, pues esto sería injusto, además de que su primo
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Aunque Calidoso quiere ayudarlo, siente que está entre la espada y la pared y que el caso nos prosperará más; además, le deja claro que no aceptará su colaboración para interceptar conversaciones.
“No está bien arriesgar todo por usted. Ya cometí este error antes, mire lo que pasó con Romina y
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Santiago responde muy molesto: “Eres un hipócrita, sigues investigando con Romina que es una civil y no tienes problema. Te conviene no poder decirle que no y así pasas tiempo con ella mientras avanzan”.
Finalmente, el hijo de Abelardo insiste en que a la policía le conviene que a su papá lo dejen preso y que la investigación se cierre, por lo que Calidoso le hace una clara advertencia, pues ya no puede soportar más irrespeto: “Ya van dos veces que dice cosa de mí que no son ciertas, se las voy a dejar pasar por lo que sucede con su papá, pero a la tercera no respondo”.
Sea cierto o falso, Santiago no sabe qué más hacer y abandona la casa del sargento expresando que él no debería hacerse llamar justiciero, pues no lo es ni lo será jamás.
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