En noviembre de 2015, Melissa estaba realizando un viaje y en un descuido se le cayó una botella y cuando la fue a recoger se encontró con unos zapatos que ella consideró muy lindos. En el momento que alzó la vista tenia al lado un extraño con el cual cruzó miradas y empezaron hablar de la molestia que sentían de que el vuelo en que los dos iban a viajar estaba retrasado.
Días después de su primer encuentro, Juan Camilo Díaz, economista y negociador internacional, llamó a la joven y la conversación se fue desarrollando hasta que terminaron hablando de un dolor de espalda que aqueja a Melissa. Juan aficionado a las motos le contó también le pasa lo mismo cuando hace largos viajes y que la solución es un ungüento especial. Con un motivo para verla, el joven se ofreció a llevarle la crema hasta la casa.
“Me pareció un pelado chévere, chalamos un ratico y quedamos de salir a comer con otra amiga, pero ella no puedo ir. Eso nos permitió conocernos más”, afirmó Melissa a la Revista Vea.
En su salida a comer hablaron de sus respectivos trabajos y la química fue inmediata. Ambos se encontraron en un buen momento y sus corazones estaban sanos de cualquier dolor del pasado, fueron un par de solteros unidos por el destino.
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