Luego de un largo día fuera de casa, hay personas que disfrutan de un baño con agua tibia antes de dormir. Algunos perros, por su parte, son felices de nadar en piscinas, ríos y hasta correr entre fuentes. Ninguna de estas escenas parece repetirse con los gatos que, por lo general, sufren episodios de estrés al sentirse mojados.
De acuerdo con Esteban González, gerente de la clínica Feline Doctor de Bogotá, “los gatos salvajes hacían baños de tierra en zonas desérticas, por lo que los gatos caseros no están acostumbrados a que el agua sea su principal elemento de aseo. Por el contrario, estos animales se sienten vulnerables al mojarse y no les gusta perder su olor, entonces prefieren asearse a través de su lengua, que contiene pequeñas espículas que a través de la saliva remueven el cebo y las impurezas del pelaje”.
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¿Con qué frecuencia debo bañar a mi gato?
Todo depende de la raza, el pelaje y el estilo de vida del gato. Según González, si tu ‘michi’ es de razas como Maine coon o Persa, que tienen pelo abundante, es recomendable un baño mensual. Pero si es de pelo corto, como los criollos o mestizos, y no tiene contacto con el exterior, bastará limpiarlo con pañitos o darle un baño cada tres meses.
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Eso sí, debes tener presente que esta limpieza debe ser lo más rápida posible. Si nunca has bañado a tu mejor amigo, se recomienda llevarlo a un centro veterinario, donde hay profesionales que tienen la experiencia adecuada para evitar rasguños y momentos de tensión. Si el baño se realiza en casa, recuerda usar siempre productos veterinarios sin insecticida, nunca champú o jabón para humanos.
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La relación conflictiva de los gatos y el agua
Debido a sus orígenes, el acercamiento al recurso hídrico por parte de los gatos es muy diferente al de otras especies. En su caso, no deben tomar agua en grandes cantidades, así que no te alarmes si tu ‘minino’ no pasa muchas veces frente al tazón con la lengua afuera.
“De hecho, un signo de enfermedad es el consumo excesivo del líquido”, cuenta el veterinario González. No obstante, “por la ingesta de concentrado, los gatos deben tomar agua para evitar las obstrucciones en su sistema urinario”, agrega. En este sentido, el consejo que da el profesional es disponer de varias tacitas de agua fresca en el hogar; incluso, algunos elementos como las fuentes pueden usarse porque a los gatos les encanta ver el agua correr, pero debe cambiarse a diario.
“Agüita con hielo para este gato, por favor” Otra opción para motivar a tu ‘michi’ a que beba agua es poner cubos de hielo en sus tazas y adquirir platos de acero inoxidable o cristal. No olvides que las obstrucciones urinarias, las enfermedades renales, metabólicas y gastrointestinales son los padecimientos más comunes por un bajo consumo de líquido en estos amigos de cuatro patas.
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¡Cuídalos siempre!
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