El pasado 22 de mayo, Yo Me Llamo Jim Morrison fue eliminado del concurso de imitación, a pesar de haber sido uno de los favoritos desde el inicio, tanto para el público como para Amparo Grisales. La diva de Colombia elogió durante varias galas su compromiso, entrega y el impresionante parecido con el vocalista de The Doors.
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Sin embargo, tras su salida del programa, Santiago Naranjo, el joven de Fusagasugá que le dio vida al legendario cantante, abrió su corazón en La Red y compartió el episodio más difícil que ha enfrentado: su lucha contra la depresión.
Yo Me Llamo Jim Morrison atentó contra su vida
Este talentoso músico contó que desde niño ha enfrentado episodios de desequilibrio emocional, ansiedad y tristeza profunda.
“Desde que tenía 6 o 7 años tuve episodios muy fuertes de depresión. Era un desequilibrio hormonal. Lloraba desconsolado, sentía miedo, ansiedad… si no estaba cantando, sentía que me estaba muriendo. Yo quería morirme. Despertarme todos los días era una tortura”.
Según narró, la crisis más fuerte llegó a los 25 años. Había terminado su carrera universitaria, en la que fue becado, y se enfrentaba al desempleo, junto con el dolor de una ruptura amorosa que lo dejó devastado. “La tenía en un pedestal, ella lo era todo para mí. Se sumó la crisis de los 25, uno se da cuenta que estaba en una burbuja y que el mundo laboral no es como lo pintan”.
Una decisión límite
La angustia emocional lo llevó a considerar quitarse la vida. “Vi un lazo de fique colgado mientras construíamos el segundo piso de la casa. Eran las 6 de la tarde, todo estaba oscuro. Lo tomé, me lo amarré… sentí pánico, algo horrible, y lo boté. Decidí que no era la opción que quería”.
Este punto de inflexión fue clave para buscar ayuda y empezar un proceso de sanación. La música fue su refugio. Tocar la guitarra y el bajo se convirtieron en su forma de expresar lo que sentía.
Además del arte, Santiago encontró en la filosofía una herramienta para comprender su mente y sanar. Hoy en día cuida su salud mental y física con mayor conciencia, y ve su paso por Yo Me Llamo como un logro personal que representa mucho más que una imitación.
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