"No hay forma de escapar de ella [de la adicción]. Estoy confesando que he quebrantado la ley y consumido drogas duras en lugares públicos. He traído, podría decir, el descrédito a hermosos palacios, propiedades nobles y elegantes lugares de gente honesta", escribe.
El artista, que padece un trastorno bipolar, incluso ha llegado a consumir dicha sustancia en la Cámara de los Comunes del parlamento británico.
"Mi corazón palpitaba como si fuera un motor y yo tenía el leve temblor que caracteriza a los drogadictos. Limpié y sequé la parte alta de uno de los urinarios con el reverso de mi corbata y me hice una raya allí. Cogí mi coraje con una mano, el canutillo con la otra y mientras escuchaba los gritos de: 'Oigan, Oigan' en la Cámara de los Comunes rugí, aspiré la raya y me puse derecho", rememora el actor.
Stephen Fry no solo relata sus insólitas experiencias con la cocaína, sino que también aprovecha para pedir perdón a las personas que hayan podido verse afectadas por su inapropiada conducta.
"Quiero aprovechar esta oportunidad para pedir disculpas sin reservas a todos los dueños, gerentes y representantes de los lugares que he mentado arriba, así como a los dueños de los cientos de casas, oficinas, salpicaderos de coches, mesas, repisas y todo tipo de materiales pulidos que podría fácilmente añadir a esta lista de vergüenza", señala.
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