A pesar de que su padre, Clint Eastwood, es uno de los actores más famosos y reconocidos de Hollywood, Scott nunca fue un niño mimado y siempre tuvo que trabajar para poderse comprar sus caprichos.
"Mi padre era muy de la vieja escuela. He estado trabajando desde que tengo memoria y él no era para nada el tipo de padre que te decía: 'Hey, ¿qué tipo de coche quieres?'. Mi primer coche fue un Ford Crown Victoria del 91 y costó 1.000 dólares. Después de ese tuve que comprarme cada coche que quería. Tenía que hacerlo todo yo", explicó Scott a la revista People antes de confesar que su padre también le concienció desde pequeño de la importancia de hacer ejercicio y mantenerse en forma.
"Mi padre siempre fue superactivo y me apuntó al gimnasio desde que era muy joven. Quería que me concienciara de la importancia de tener buena salud. 'Cuerpo sano, mente sana', eso es lo que me enseñó", añadió.
A pesar de que Scott pasó su infancia "arrastrándose por los sets de rodaje" e incluso obtuvo papeles en películas de su padre, como 'Gran Torino' o 'Banderas de nuestros padres', nunca estuvo seguro de si en realidad quería dedicarse al mundo de la interpretación.
Publicidad
"La gente piensa que acabo de empezar [a ser actor], y yo me río. Siempre digo que me daré 10 años, y si no funciona seré bombero o algo así. Y ahora las cosas parecen haber empezado a despegar", confesó.