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A lo largo de los años, gracias a la ayuda y paciencia de su equipo de estilistas, Kim Kardashian se ha atrevido a lucir todo tipo de looks que abarcan desde el rubio miel por el que apostó en 2013 hasta el corte bob en rubio platino con la que sorprendió al mundo en la Semana de la Moda de París de 2015, o la actual melena casi blanca que luce en la actualidad.
Con tanto cambio, a su famoso marido Kanye West le debe costar mantenerse al día de si está casado con una rubia o una morena, aunque parece que si de él dependiera, preferiría la segunda opción.
En respuesta a un fan que le preguntó qué color le gustaba más al rapero, ella reveló vía Twitter: "Los dos, pero puede que un poco más de rubia".
El pasado diciembre, la estrella televisiva volvió a decantarse por un pelo más corto y manejable que, apenas unas semanas después, se ha convertido en una larga cabellera que le llega casi hasta la cintura por obra y gracia de las extensiones. Pese a que se trate de una apuesta que exige un gran mantenimiento, Kim no tiene previsto volver a lucir su pelo negro natural en una temporada.
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"Ahora mismo no", aclaró cuando otro seguidor se interesó por si pensaba regresar a su color natural en algún futuro cercano. "Como acabo de teñírmelo tengo que esperar una cuantas semanas antes de volver a cambiar. Puede que cuando las raíces crezcan demasiado. Pasarán años antes de que vuelva a pasarme al rubio, así que tengo que aprovecharlo al máximo".
Tal y como apuntaron otros admiradores, la única tonalidad con la que no se ha atrevido aún la estrella -que afirma ser muy "indecisa" respecto a los cambios de imagen pese a las apariencias- es el pelirrojo.
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"Dios mío, ¿debería probar?", se aventuró a sugerir.
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