El diseñador Óscar de la Renta, que falleció el pasado mes de octubre a los 82 años, legó una porción relativamente pequeña de su fortuna personal -valorada en 26 millones- a su único hijo, Moisés de la Renta, según informa el periódico New York Post.
En el testamento de seis páginas firmado semanas antes de su muerte, el modisto deja la mayor parte de su patrimonio a su segunda mujer, Annette, especificando además en una claúsula que Moisés perdería su exigua herencia si en algún momento intentara revocar la última voluntad de su famoso padre.
Ahora Annette es la propietaria de la mayoría de las propiedades inmobiliarias de su fallecido marido, incluyendo un piso en Park Avenue, Nueva York, valorado en 13 millones de dólares, una mansión en Connecticut de 2,8 millones y la propiedad que Óscar poseía en República Dominicana. Además, Annette también controla una cuenta bancaria con 3,3 millones de dólares.
El resto del patrimonio del diseñador ha sido dividido entre Annette, los tres hijos de esta y Moisés.
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La relación de Óscar y Moisés, a quien el diseñador adoptó en 1983 tras la muerte de su primera mujer, se deterioró considerablemente después de que este último decidiera crear su propia marca de ropa en 2009 en contra de los deseos de su padre.
"Moisés hizo una pequeña línea, sí, con cinco o seis piezas. Pero eso no te convierte en un diseñador", aseguraba Óscar en una entrevista a la revista New York.
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