El palacio de Kensington ha revelado hoy jueves los dos primeros retratos oficiales del príncipe Harry y Meghan Markle para conmemorar su compromiso. Si bien es cierto que la publicación de dichas imágenes cumple con una de las tradiciones más férreas de la casa real británica -difundir periódicamente cuidadas fotografías de sus miembros-, basta con echar un vistazo a las que han protagonizado los futuros novios para darse cuenta de que la pareja está decidida a romper con el rígido protocolo de los Windsor.
Las dos instantáneas contrastan radicalmente, por ejemplo, con la felicitación navideña compartida este año por los duques de Cambridge o con cualquiera de sus anteriores fotos, en los que el príncipe Guillermo y su esposa Catalina siempre aparecen en actitud muy sonriente pero formal, y sin dedicarse excesivas muestras de cariño. En contraposición, en el elegante primer plano en blanco y negro que han protagonizado Meghan y Harry, los dos aparecen compartiendo un romántico momento: ella con los ojos cerrados y acariciándole la mejilla a su futuro marido mientras el nieto de Isabel II apoya su frente contra la de su prometida.
También llama poderosamente la atención el atuendo de la actriz en la otra imagen que ha visto la luz, la única en que ambos aparecen posando de cuerpo entero y en la que ella luce una blusa transparente con bordados dorados estratégicamente colocados sobre la zona del pecho, una prenda que jamás encontraría lugar en el recatado guardarropa de Catalina de Cambridge.
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La conclusión a la que se llega tras observar los retratos es que la pareja está decidida a seguir la misma estrategia que estrenó en su primer posado en los jardines del palacio de Kensington, durante el que conquistaron a los británicos con su naturalidad y con la complicidad que exhibieron en todo momento. En su primera aparición pública, se mantuvieron en esa misma línea, apareciendo ante los curiosos cogidos de la mano e ignorando la formalidad que siempre despliega en público el otro matrimonio royal por excelencia: Guillermo y Catalina.
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A la hora de elegir al fotógrafo encargado de inmortalizar su amor, Harry y Meghan han confiado en Alex Lubomirski, que trabajó durante un tiempo para el afamado Mario Testino, encargado de tomar las instantáneas oficiales de los duques de Cambridge tras su compromiso y las ya míticas imágenes de una princesa Diana más informal que nunca para la revista Vanity Fair.
"Muchísimas gracias a su Altesa Real el Príncipe Harry y a la señorita Markle por permitirme sacar sus retratos oficiales. No solo ha supuesto todo un honor, también ha sido un gran privilegio ser invitado a compartir y presenciar el amor que se profesa esta joven pareja. No puedo evitar sonreír cada vez que miro las fotos que hicimos", ha asegurado el fotógrafo a través de su cuenta de Instagram después de que Meghan y Enrique se pusieran frente a sus lentes a principios de esta semana en Frogmore House.
Por: Bang Showbiz
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