La controvertida cantante está convencida de que la depresión que sufrió hace unos años fue provocada por el tormento que le hacían pasar los otros niños en el colegio al sufrir acné.
"Durante un tiempo estuve muy deprimida. Me encerré en mi habitación y mi padre tuvo que tirar abajo la puerta. Tenía la piel fatal y se burlaban de mí por eso. Pero no estaba deprimida por la forma en que los demás me hacían sentir, simplemente estaba deprimida", confesó en el número de mayo de la edición estadounidense de la revista Elle.
Sin llegar a ese estado de desesperación, pero sí muy afectada, se pudo ver a Miley la semana pasada, tras el fallecimiento de su perro Floyd -al que adoptó en 2011- el martes 1 de abril.
Conocedora de su tristeza, su madre Tish decidió regalarle un nuevo cachorro, de nombre Moonie. Si bien, no parece que Miley encontrara mucho consuelo en su nueva mascota, a juzgar por la serie de mensajes que publicó en Twitter el fin de semana pasado.
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"Quiero dormir pero todo lo que puedo hacer es llorar. No quiero volver a una casa donde Floyd ya no esté corriendo y jugando. ¿Cómo puedo superar esto? Me siento enferma. Estoy emocional y físicamente agotada. Siento como si no tuviera nada más que dar, dulce Moonie. A lo mejor no estoy preparada todavía, pero estar sola tampoco lo va a traer de vuelta. No sé qué hacer", escribió.
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